domingo, 25 de septiembre de 2011

VISITA A SAN SIMON

San Andrés Itzapa (nombre que significa piedra o pedernal, comúnmente llamado "piedra de rayo"), es un municipio que se encuentra al este del departamento de Chimaltenango, Guatemala. Colinda al norte con la cabecera municipal, al sur con Acatenango y al este con Parramos. Su extensión territorial es de aproximadamente 90 kilómetros cuadrados, con una población aproximada de 31.956 habitantes.

Para la población que habita el altiplano guatemalteco San Simón, llamado también Maximon o Ry Laj Man (nombre maya), representa una figura extremamente controvertida: sinónimo de prosperidad y felicidad para algunos, pero brujería y paganismo para otros. En general la tradición lo identifica como el protector de los borrachos y por eso disfruta de una ilimitada devoción, sobre todo entre los desheredados. A los finales del siglo XIX, la imagen del “santo” era venerada por los jugadores que, en caso de victoria, ofrecían dinero, aguardiente o tabaco. En San Andres Itzapa, la capilla donde está guardada la estatua de San Simón (representado por un viejo sentado, teniendo en la mano una botilla de aguardiente) para hacer confidencias sobre sus propias esperanzas, pidiendo favores y dejando ofertas en dinero, flores y obviamente alcohólicos.



La procesión hacia la capilla es un complejo recorrido en el sincretismo latinoamericano, donde gestos como encender las velas y las danzas frenéticas, acompañadas por la música del “marimba” (xilófono) y del mariachi, son repetidos obsesivamente. En el templo el olor de las velas encendidas se une con el perfume de tabaco y las diferentes hierbas triadas en oferta. Cuando finalmente cada fiel puede alcanzar el altar para hablar con San Simón, recibe del chaman de la capilla la purificación final (“las limpias”), bajo una lavanda de puro alcohol.. Los guardianes de la estatua, empiezan una danza ritual para celebrar Maximón, muchos gestos son repetidos hasta la perdida de los sentidos y recuerdan los símbolos de la cosmovisión maya (estrellas, jaguares, serpientes).



Para los rituales se utilizan velas de colores que tienen el siguiente significado:

Azul:                    para el trabajo y suerte, espiritualidad, protección, felicidad.
Rojo :                  para el amor, fe, voluntad, afecto.
Verde:                 para los negocios y prosperidad, dinero, éxitos financieros.
Rosada:              para la salud y esperanza, buena suerte, fortuna.
Negra :               contra enemigos y envidias, tristeza, decaimiento.
Moradas             contra los vicios y malos pensamientos, dominio, elegancia, poder.
Celeste:              para viajes, dinero, felicidad, estudio.
Blanca:               para protección y salud de niños, espiritualidad, comunión.
Amarilla:            para protección y salud de adultos, religión, devoción.
Dorado :             para espiritualidad, magnetismo, seguridad.
Gris :                  para triunfo sobre el mal.
Marrón o Café:  para la felicidad en general

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